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martes, 18 de mayo de 2010

Unidad II Lectura

TIPOS DE LECTURA*


Lectura Literal

Este tipo de lectura es el más habitual en la institución escolar. Se basa en el reconocimiento de la información explícita de un texto y a veces nos lleva a engaño porque nos brinda la ilusión de que el texto realmente se ha comprendido.
Tradicionalmente, y así lo podemos comprobar en los libros de texto que aún hoy se siguen usando, se le pide al niño que lea un texto y que conteste una serie de preguntas relativas al mismo. Estas preguntas se pueden contestar con la información, con los datos que se ofrecen explìcitamente. Lamentablemente no se va a más allá.
Comprender la información literal de un texto significa ser capaz de reconstruir, con otras palabras o no, lo dicho por el autor. Lograr esto es importante porque es el primer paso hacia la comprensiòn. Sin embargo tenemos que reconocer cierto mecanismo: la participación del estudiante se reduce a repetir, armar y desarmar lo dicho por el autor. Además, atenerse al significado literal de un texto puede llevar a una interpretación errónea de su sentido, tal es el caso de la ironía.
En esta instancia de lectura literal, el alumno debe ser capaz de:
• Reconocer o retener el argumento.
• Reconocer o retener el orden de los acontecimientos,
• Reconocer o retener los rasgos de los personajes,
• Reconocer o retener algunos detalles,
• Reconocer o retener datos concretos explicitados en el texto.



Lectura inferencial

Este tipo de lectura posibilita aprehender la información inferencial o implícita.
La información literal tiene como fin la creación de un mundo que refleja o remite al mundo real. El lector se debe apoyar en esa información dada para poder alcanzar la otra cara del texto, descubrir lo que no se dice o apenas se sugiere.

En este tipo de lectura el énfasis está puesto en el aporte del lector. Es él quien recrea el texto, lo comprende, lo interpreta y le da sentido según su subjetividad (su visión del mundo, su escala de valores, necesidades, intereses, experiencias, etc.)
Para desarrollar este tipo de lectura se deben enfatizar algunas estrategias fundamentales de la comprensión lectora. Es necesario que el lector elabore predicciones y las corrobore con el texto, que infiera constantemente, que asocie el texto con la vida.
Se requiere una mayor autonomía por parte del lector, una mayor libertad en el manejo del texto, pues no deberá atenerse a los significados de base de las palabras que lo componen, sino a sus connotaciones. Pero para entender los significados connotados de las palabras se requiere traerlas a la vida diaria, a situaciones y contextos específicos.
Este conocimiento y dominio de las significaciones de las palabras es, tal vez, lo que más dificulta la comprensión lectora, la aprehensión de la información implícita, porque el nuevo lector no conoce todavía todo el espectro significativo de cada palabra y muchas veces lo único que encuentra y reconoce es el significado de base.
En el campo de la significación, específicamente en la connotación de las palabras, nos enfrentamos con otro problema: los significados cambian, las connotaciones varían mucho. Este tipo de lectura es el más difícil para el lector que se inicia, pero es también lo menos que el sistema educativo debe brindarle al estudiante para que pueda manejarse en el mundo de la cultura escrita.
Recordemos que el texto es incompleto y expansivo; es el lector quien lo completa. Es más lo que debe aportar el lector que lo que brinda el escritor. Este da únicamente una información literal (con las pistas necesarias para alcanzar la otra información) y el lector debe aportar los conocimientos previos, la información implícita (mediante procesos de inferencia y asociación) y la información de otros textos presentes o relacionados con el que se está leyendo.
En este tipo de lectura el alumno debe ser capaz de:
• Predecir información futura, de manera acertada
• Inferir lo que no se dice expresamente
• Relacionar informaciones diversas
• Descubrir relaciones causa-efecto
• Distinguir hechos de opiniones
• Distinguir lo fundamental de lo accesorio
• Relacionar el texto con su mundo, con su experiencia.
• Seleccionar, clasificar y organizar la información
• Justificar, a partir de la información literal, la interpretación del texto

Lograr que el alumno alcance esta instancia de comprensión significa haberle dado las herramientas necesarias para que capte la totalidad de un mensaje.


Lectura apreciativa

Cuando el lector se ha apropiado de la información explícita e implícita y ha establecido una relación interactiva con el texto y su mundo, su experiencia, puede emitir juicios subjetivos validos sobre lo leído. Si el lector es capaz de captar la totalidad significativa de un texto puede juzgarlo según sus propios criterios, su sensibilidad, sus emociones.
En este tipo de lectura el alumno debe ser capaz de:
• Descubrir los aciertos y desaciertos del autor con respecto al mundo creado dentro del texto y al mundo exterior al que remite
• Distinguir la originalidad o la falta de originalidad en el texto
• Reconocer lo novedoso en el planteamiento del autor
• Juzgar la veracidad de lo leído
• Reconocer la coherencia o incoherencia en el mensaje
• Descubrir los aspectos que dan claridad u oscuridad al texto
• Percatarse de las emociones que le despierta el texto

Se trata de estudiar el texto, analizarlo, para poder dar una opinión fundada sobre el impacto que causa. Se fortalece así el pensamiento independiente, el pensamiento divergente. La variedad de opiniones dependerá de la subjetividad del lector y de los controles que el mismo ejerza.

Lectura crítica

El lector crítico trasciende el texto mismo. Está en capacidad de emitir un juicio no subjetivo sobre las ideas expuestas, el estilo del autor, los personajes, etc.
El lector debe ser capaz de evaluar el texto tomando en cuenta sus propios criterios, los puntos de vista del autor y otros criterios propuestos (crítica literaria, movimientos intelectuales, etc.)
El lector crítico debe iniciarse en el colegio a través del comentario de textos donde involucre sus ideas y las ajenas.
En este tipo de lectura el alumno debe ser capaz de:

• Reconocer las características que distinguen a un escritor de otros escritores.
• Sacar la visión de mundo del autor a partir del texto
• Establecer comparaciones entre la visión de mundo del autor y la propia
• Reconocer la presencia de otros textos (intertextualidad) en el texto leído
• Interpretar la obra a partir de los criterios del autor, los propios y otros.



EVALUACIÓN DE LA LECTURA

Normalmente de las evaluaciones de lectura realizadas en la escuela se enfocan en los aspectos menos importantes dentro del proceso, como la correcta oralizaciòn de todas las palabras que aparecen en el texto, la velocidad y el ritmo de la lectura (lectura oral). Todo esto lleva al niño a concentrarse en lo impreso y a dejar de lado la obtención de significado. Por esto, es común que al finalizar la lectura, cuando se pide al niño que diga lo que recuerda para evaluar su comprensión, resulta que recuerda muy poca o casi nada de la información leída. En estos casos, no se está evaluando la competencia real de la lectura, sino el desempeño en una situación determinada.
Evaluar la comprensión que se ha tenido de un texto, después de haberlo leído, resulta difícil pues no es posible entrar en la mente del lector para conocer la cantidad de información que asimiló. La práctica más común de solicitar –al término de una lectura en voz alta- lo que se recuerde, sin desconocer su valor pedagógico, a veces es una prueba más de memoria que de comprensión.
Una forma de evaluar la “lectura comprensiva” es a través de cuestionarios o guías.

-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------* *Basado en: María del Carmen Ugalde Víquez, “Hacia una lectura activa” , La Nación en el aula, San José de Costa Rica, 1991.

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